La edad reproductiva y el ciclo menstrual.

Al llegar la pubertad, la mujer experimenta una serie de cambios que la llevan a la madurez reproductiva, lo que significa, que a consecuencia de dichos cambios, la mujer será apta para embarazarse y tener hijos.

Estos cambios se originan en los ovarios, los cuales tienen en su interior varios cientos de miles de células llamadas oogonias. Cada una de estas células está rodeada de un grupo de células llamadas "foliculares" y de la "teca", que son finalmente las responsables de la producción de las tres hormonas sexuales más importantes: estrógenos, progesterona y testosterona.  El conjunto de estas células junto con la oogonia se llama "folículo ovárico".

Desde el primer ciclo, en cada mes, un grupo de folículos ováricos inician su desarrollo (antes se encontraban en un estado latente) multiplicándose sus células y produciendo hormonas. Cada mes, de este grupo de 20, 30 o más folículos que inician su desarrollo, solo uno crecerá tanto para producir un óvulo.

Por eso, la mujer ovula solo una vez al mes. El resto de los folículos se convierten en fibrosis (tejido cicatrizal).

Durante cada mes, los 20 o 30 folículos que se desarrollan producen hormonas (estrógenos, progesterona y testosterona), pero al final del mes, todos ellos han sido ya inactivados y se convierten ya en el tejido cicatrizal que mencionamos.

Estas células destruidas YA NO PRODUCIRAN más hormonas, así que al próximo mes, otro grupo de 20 o 30 folículos iniciará el mismo proceso.

Durante más de 30 años, la mujer produce mensualmente óvulos, acompañados de sus respectivas dosis de hormonas. Al final de este período, se han convertido en tejido cicatrizal la gran mayoría de las células productoras de óvulos y de hormonas que alguna vez estuvieron en los dos ovarios.

La falta de estas hormonas, hace que no se presenten nuevos cambios cíclicos, mes con mes, y la mujer, atrasa primero la frecuencia de sus períodos menstruales, hasta que finalmente los interrumpe por completo.